Desde la cárcel, Mauro Schechtel un hombre que violó y prendió fuego a una niña en Dorrego será candidato en la UNS
Por La Brújula
Mauro Schechtel integra la lista libertaria en la Asamblea Universitaria. El “Monstruo de Dorrego” fue condenado a 40 años de prisión en uno de los hechos más aberrantes que recuerda la historia judicial de la región.
Mauro Emilio Schechtel es un temible sujeto que dejó con gravísimas secuelas a una menor de 10 años y hace un tiempo comenzó a cursar la carrera de Derecho en la cárcel de Villa Floresta. Ahora se presenta como candidato a ocupar un lugar en la Asamblea Universitaria, representando a la lista libertaria.
“Tengo todo el derecho. Soy un estudiante más. Como cualquier otro”, se lo habría escuchado “explicar” en una de las aulas del penal de Floresta.
El Monstruo, que según los psiquiatras no siente ningún tipo de remordimiento por la brutalidad y extrema violencia ejercida contra la niña, cursa en la actualidad el segundo año de Abogacía. Hace casi 14 años fue condenado a 40 años de prisión por uno de los casos que más conmoción despertó en la historia moderna de la región.
Recordemos que La Asamblea Universitaria es uno de los órganos que conforman el gobierno de la Universidad Nacional del Sur y, entre sus facultades, están las de modificar total o parcialmente el estatuto de la Universidad y elegir y/o remover al Rector.
Una bestia sin compasión
En el crudo invierno de 2008 la pequeña Rocío fue abordada cuando iba en bicicleta por la avenida Presidente Perón de la ciudad de Coronel Dorrego. Se dirigía al club Independiente, donde practicaba básquet.
Mauro Schechtel, tras embestirla intencionalmente con su Renault 12, simuló auxiliarla y la subió en el auto como para llevarla al hospital, pero la trasladó hasta una zona cercana al arroyo Las Mostazas y Ruta 72. Allí la maniató y encintó, para ultrajarla con una violencia indescriptible. No conforme con ello la roció con combustible y la prendió fuego, y se marchó.
Con el cuerpo incandescente, quemaduras en más de la mitad de su humanidad y daños tanto físicos como psicológicos irreversibles, Rocío llegó hasta la ruta para pedir ayuda.
“Salía de Dorrego cuando a la altura del arroyo Las Mostazas veo un bulto en medio de la ruta. Era una nena, estaba semidesnuda, con las partes íntimas con sangre y quemada”, expresó en el debate Fabián Ullman, el camionero que auxilió a la nena y llamó a la policía.
Conmovedores testimonios
Mauro Sueldo declaró en el juicio por su condición de médico de policía. No le resultó fácil referirse al estado en que vio a Rocío.
“Estaba sobre una camilla, con olor a combustible. En los años que llevo como médico de policía, nunca había visto algo así, con tanta alevosía”, señaló.
No menos estremecedor fue escuchar a Eduardo, papá de la nena. De regreso a su casa con uno de sus hijos, le llamó la atención el intenso ir y venir de patrulleros.
Un policía le dijo que lo tenía que acompañar y el papá de Rocío fue, pensando que lo necesitaban como testigo.
“En la ambulancia va tu hija a Bahía Blanca”, le dijeron a poco de salir de Coronel Dorrego y, a medio camino, le confirmaron que a la nena la habían quemado.
“Llegué a Bahía sin saber con qué me iba a encontrar. Cuando la bajaron de la ambulancia fui con mucho miedo a verla y nos abrazamos”, contó Eduardo.
Con el paso de los años, por razones de estudio Rocío se mudó a Bahía Blanca, donde actualmente tiene domicilio.